La renovación de la marca para la DO Sierra de Segura supuso un doble reto: Mantener la ardilla como símbolo indiscutible del AOVE de la zona con una estética moderna y atractiva sin perder el trabajo que se había realizado hasta el momento.
Poner en relieve los valores de esta zona fue la clave de todo el proceso creativo ya que allí crecen unos olivares con unas características únicas; el olivar de alta montaña. Estos olivares disfrutan de una altitud y un clima que no se da en otros lugares; están rodeados de pinares y sus raíces se nutren del agua pura y fresca de la sierra. Así, se ha creado un código visual con formas sencillas y geométricas que representan la pureza de los distintos elementos presentes y que confieren al AOVE de esta DO unas cualidades únicas.