La nueva imagen de Olivares Vivos busca representar una certificación destinada a incrementar la rentabilidad del olivar a partir de la recuperación de su biodiversidad. Para ello creamos una marca de garantía que hable del mimo y el cuidado con el que se trata el olivar, la producción, la biodiversidad y el propio producto.
La lechuza va a ser el nuevo icono que defina la marca. Es un ave clave en el ecosistema y está históricamente vinculada al olivar; la encontramos en pinturas, restos arqueológicos, versos de Machado… Además, una de las primeras acciones que se desarrollaron a través del proyecto fue la reintroducción de la lechuza común en fincas asociadas y, por tanto, es un emblema para sus promotores.